La Confederación General del Trabajo (CGT) lideró una contundente movilización en la Plaza de Mayo este jueves, manifestando un enérgico rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno nacional.

La jornada, que reunió a las dos facciones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y a diversos movimientos sociales, se distinguió por severas advertencias dirigidas al oficialismo ante la posible imposición de modificaciones al régimen laboral vigente. La CGT ha escalado su retórica, preparando el terreno para posibles medidas de fuerza a nivel nacional.
Duro repudio a la reforma
Durante el acto central, la cúpula de la CGT criticó con vehemencia el proyecto oficial, aseverando que la iniciativa no solo no mejora las condiciones laborales, sino que tampoco genera empleo. El documento leído ante miles de manifestantes declaró contundentemente: "Este proyecto no actualiza el derecho del trabajo ni crea nuevos puestos de trabajo". La central obrera dejó en claro su postura de confrontación ante lo que consideran un ataque directo a los derechos de los trabajadores. La movilización masiva buscó ser una demostración de fuerza y unidad del movimiento obrero frente a las políticas del gobierno.
Amenaza de paro nacional
Desde el escenario, Jorge Sola, secretario general del gremio del Seguro y miembro del triunvirato de la central obrera, oriundo de Venado Tuerto, fue el encargado de cerrar el acto, enviando un mensaje directo al Ejecutivo: "Este es el primer paso de un plan de lucha; sigan sin escucharnos y vamos a terminar en un paro nacional". La advertencia resonó con fuerza entre los presentes, marcando un punto de inflexión en la relación entre la CGT y el gobierno. La posibilidad de un paro nacional se cierne como una amenaza real ante la falta de diálogo y la persistencia en la implementación de la reforma.

Estrategia de acción
Sola, en su discurso, delineó la estrategia a seguir por la CGT, advirtiendo que, ante la persistencia del Gobierno en no escuchar sus reclamos, se profundizarán las medidas de fuerza hasta desembocar en un paro nacional. No obstante, añadió un llamado a la acción política y social: “No nos olvidamos que tenemos que construir social y políticamente para enfrentar a este gobierno. Tenemos que volver a emocionar con la bandera de la justicia social”. La CGT no solo contempla medidas de fuerza, sino que también busca fortalecer su presencia en el ámbito político y social para hacer frente a las políticas gubernamentales.
Justicia social como estandarte
Concluyó su intervención reafirmando el valor de la justicia social como pilar fundamental de la nación: “La justicia social nos hizo el país que somos. Vamos hacia una Argentina humana”. El discurso de Sola se centró en la crítica a la gestión de Javier Milei, cuestionando tanto la reforma laboral como la tributaria. "Va en contra de los trabajadores. Quieren romper el contrato social, el sistema previsional y el de salud", sentenció, reiterando la consigna "No hay libertad si no hay justicia social".

Críticas a la política económica
El dirigente también enfatizó el amplio rechazo a la reforma a lo largo del país, acusando al Gobierno de "abusar de la palabra libertad" mientras desatiende la agenda productiva. Sola también señaló la deuda pendiente del Gobierno con la Argentina productiva: "Generar más y mejor empleo es una deuda pendiente", alertando sobre la destrucción del entramado social debido a la apertura de importaciones, el cierre de pymes y la caída de la capacidad instalada. La CGT cuestiona la visión económica del gobierno, advirtiendo sobre las consecuencias negativas para el sector productivo y el empleo.












