La cultura está de fiesta y ni la pandemia puede borrar la satisfacción de que, en tan poco tiempo, el Malandra ya tenga casa nueva. Y así lo expresa el presidente de la Asociación Civil Teatro Malandra, Claudio Oliva.

"El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma" decía el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht. Corría aún el 2019 y desde el Malandra, nuestro lugar de lucha, de sueños, tomábamos prestadas estas palabras del dramaturgo para izarlas como estandarte de la celebración de los diez años de nuestro querido teatro.Teníamos reservada para esas palabras una pared, al frente, para que quien ingresara al teatro fuera recibido por ellas. La situación con la que nos recibió el 2020 puso en jaque no solo los festejos, sino que la actividad artística que nos sostenía económicamente (alquiler, servicios, etc.) desapareció de un día para el otro. Resistir se convirtió en la batalla inmediata y el entusiasmo, lejos de ceder, nos impulsó como tantas veces, a dar un paso al frente. “Vamos a celebrar estos diez años del Malandra, por quienes estamos, por quienes pasaron, quienes aquí debutaron o vieron realizado su sueño, por quienes creen que el arte sirve para algo más que para divertirse un rato”. Pasamos las noches pintando la sala de punta a punta, arreglamos el saloncito de recepción, por primera vez le pusimos un piso lindo al camarín, solamente nos quedaba el frente,y dijimos: “Le metemos la semana que viene”. Fue lo último. La noticia de que el terreno lindante se había vendido y que por consiguiente dejábamos de tener salida de emergencia y camarín, nos recordaba que a veces, la pelea es tan desigual que aunque uno esté acostumbrado a algún trompazo, hay otros de los que cuesta levantarse. Salimos sin rumbo a deambular la ciudad en busca de algún galpón que pudiéramos alquilar o pedir prestado para guardar nuestro teatro hasta encontrar algo, ya que debíamos seguir pagando el alquiler y desde hacía tiempo estábamos sin poder recaudar. Y en esos menesteres andábamos cuando recordamos que días atrás, en ocasión de pasar a saludarnos por los festejos venideros, habían visitado nuestra sala el intendente de la ciudad junto a la Sra. secretaria de Territorialidad y Desarrollo Cultural, ofreciéndonos en caso de necesitarlo, gestionar cualquier trámite que necesitáramos hacer a nivel nacional o en la provincia. Ahí mismo nos pusimos en contacto con Miriam Carabajal, quien de inmediato acudió a nuestra sala para interiorizarse del asunto. Un galponcito, una casa vieja, algo para guardar las cosas o para armar algo chiquito le pedimos. “Déjenme ver, este teatro no puede cerrar” nos dijo. Y seguramente movilizada por el eco de sus propias palabras el día que asumió: “Gestionar, es ponerse al hombro los sueños ajenos” hizo propio nuestro deseo y emprendió la marcha.

Los días larguísimos que siguieron fueron de insomnio, rabia, esperanza, o tristeza; algunos, todo junto. Desarmar las gradas, recuerdo a Pablo, de la técnica, diciéndome “hoy bajé el último reflector”. ¡Uf! ¡Durísimo! Levantar el escenario, cables, todo.

El viernes pasado recibimos una llamada de Miriam: “Acabamos de cerrar un trato con la Unión Ferroviaria por el salón que tienen en calle Juan B. Justo, cero pesos, por cinco años y con opción de compra para la Asoc. Civil Teatro Malandra”. No recuerdo la respuesta que le habré dado, pero entiendo que comprendió.

Este lunes pasado tuvimos una reunión vía Zoom con el gerente general de la Unión Ferroviaria, Daniel Falzoi, Sergio Sasia, secretario general de la Unión, Leonel Chiarella, Miriam Carabajal y también Martín Vilchez y Hernán Ferrari, ambos del Malandra. Querían anunciarnos, celebrar, preguntarnos por nuestros proyectos y contarnos de la función social que también lleva adelante la Unión Ferroviaria.

Hoy, desde el Malandra queremos hacer público nuestro enorme agradecimiento al Sr. intendente Leonel Chiarella, Miriam Carabajal, Mariano De Mattía, secretario de Legal y Técnica de la Municipalidad de Venado Tuerto y a los Sres. Daniel Falzoi, Sergio Sasia y al delegado de la Seccional Junín de la Unión Ferroviaria, el Sr. José García, por este acuerdo que tanto aporta a la promoción de las actividades culturales de nuestra ciudad. No nos olvidamos de Jorge “Pino” Sola, secretario general del Sindicato del Seguro y fundador del grupo Teatro Libre de Venado Tuerto, que colaboró facilitando el contacto entre la Municipalidad y la Unión Ferroviaria.

Queremos agradecer además, a los y las asociados/as al teatro Malandra, que con su aporte generoso nos han permitido sostenernos en estos tiempos tan difíciles, a los y las artistas independientes de Venado Tuerto y la zona que nos mandaron su aliento para seguir intentando, a los grupos de teatro y diferentes disciplinas que nos apoyaron y a quienes se solidarizaron o sintieron como propio el dolor de saber que el Malandra ya no existiría más. A todos, queremos abrazarlos con esta noticia, invitarlos a encontrarnos cuando esta situación tan rara que nos toca vivir nos lo permita.

Vamos a estar esperando volver a encontrarnos en Juan B. Justo 157, para construir colectivamente un lugar para todos, un lugar mejor.

Claudio Oliva, presidente Asociación Civil Teatro Malandra

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