Este jueves, acompañado por su abogado, se presentó en la Comisaría Segunda J.A.C., un joven de 31 años, quien estaría implicado en el violento y salvaje asalto a una mujer de 90 años en su vivienda.

Este joven quedó detenido e incomunicado. Será imputado hoy viernes y el sábado se realizaría la audiencia cautelar. Se busca dar con la otra persona que habría participado del violento asalto. El fiscal del caso es Iván Raposo.

 

El violento asalto a la mujer de 90 años

Dos malvivientes ingresaron a la vivienda en pleno centro de Venado Tuerto y sorprendieron a la mujer durante la madrugada. El hecho duro aproximadamente 30 minutos, tiempo durante el cual la anciana fue agredida y amenazada.

En la madrugada del pasado sábado, dos sujetos ingresaron a una vivienda de Lavalle al 200, en Venado Tuerto, con fines de robo. Una vez en el interior, atacaron a la única ocupante y la amenazaron hasta obtener una suma de dinero que los decidió a huir, luego de encerrar a la víctima.

En primer lugar, en medio de la calle desierta, surge en escena un individuo que desciende de una motocicleta, cerca de la esquina de Lavalle e Iturraspe, aparentemente transportado por una mujer, y trepa hacia los altos de la vivienda; minutos después se aproxima otra moto, presuntamente con otra mujer en la conducción, el cómplice baja raudamente y replica la ágil maniobra de su cómplice para acceder.

Los familiares de la anciana, entre otras medidas de seguridad, habían instalado varias cámaras de seguridad en el interior de la casa (al menos cinco), que en estas circunstancias no sirvieron para impedir el atraco, pero sí para comprobar el salvaje accionar delictivo de los dos jóvenes.

Con los bandidos ya merodeando, en las nítidas imágenes se observa a la mujer, que no estaba durmiendo, sino que permanecía sentada en la cocina, tranquila, hasta que oye ruidos en el exterior, se inquieta y se levanta para inspeccionar. Enseguida los malvivientes, tras descender del techo, se deslizan hasta un patio y, a pesar del enrejado, logran ingresar a la casa y reducir a la indefensa mujer.

Allí empiezan los 30 minutos de odisea, ya que le tapan la boca y -literalmente- la arrastran por toda la casa, bajo amenazas, exigiendo precisiones sobre el lugar donde guardaba el dinero en efectivo y otros elementos de valor. Incluso, en ese procedimiento perverso, los cobardes intrusos le atan las manos y la empujan a una silla, para luego soltarla e insistir con nuevos maltratos. Finalmente, después de revolver gran parte de la vivienda y obtener, tal vez, el botín buscado, la encierran y huyen por la puerta del frente.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu