Desde Berazategui y Venado Tuerto estas familias decidieron dejar la rutina atrás y vivir una experiencia inolvidable; se encontraron en Mendoza y unieron sus destinos en un viaje que no tiene destino ni fin programado.

Dos familias forjaron una hermosa amistad en un viaje único que no tiene fin ni destino programado. Una pareja de Buenos Aires y otra de Venado Tuerto decidieron dejar atrás sus vidas rutinarias y aburridas para embarcarse en una aventura sin límites. Se encontraron por casualidad en San Rafael, Mendoza, y desde allí unieron sus destinos.

Los de Venado Tuerto son Fabricio Maldonado, Mónica Atencio y Mora (su hija). Los de Berazategui Alcides Sosa y Marlene Ruiz

“Nosotros salimos de Venado Tuerto, en el sur de Santa Fe, y recorrimos Córdoba, San Luis y Mendoza”, dijo al diario La Provincia SJ Fabricio Maldonado, que viaja con su hija Mora y su compañera de vida Mónica Atencio, que, antes de cambiar de vida hace tres meses, se dedicaba a la electromedicina y Mónica a la mecánica dental.

“Como cuatro años masticamos esta decisión. Empezamos viendo videos de YouTube en pandemia; ahí nos picó el bichito. Comenzamos a armar el vehículo, primero en una Kangoo y después salió la posibilidad de cambiar a algo más grande”, dijo Fabricio.

Por su parte, Alcides Sosa y Marlene Ruiz hicieron un cambio similar. Él era docente de literatura y, con su compañera, emprendieron el viaje luego de la pandemia. “Una noche estábamos mirando un canal de YouTube y dijimos: ¿qué tal si emprendemos otro estilo de vida?”.

Fue allí cuando todo cambió. “Vendimos el auto que teníamos, decidimos comprar una camionetita y empezamos a camperizarla nosotros con pallets que veníamos reciclando”, expresó Sosa. Después pudieron construir otra más grande. “A partir de ahí, vamos subsistiendo con artesanías, con garrapiñadas. Yo hago electricidad y mecánica y realizo trabajos en el camino”, agregó el entrevistado.

El encuentro, hace más de dos meses, sucedió en San Rafael, Mendoza. Casualidades del destino, estacionaron sus Rastrojeros en el mismo lugar y se dieron cuenta de que estaban en el mismo grupo de WhatsApp por el tipo de vehículo que usan. “Llevamos meses viajando juntos. Ahora venimos de la alta montaña y estamos transitando San Juan”.

Para los santafesinos, llegar a Alaska fue la excusa perfecta para salir a la aventura: “No hay tiempo definido, en el camino vas viendo qué vas haciendo. Ahora vamos más despacio, esperando a otros amigos que quedaron en Mendoza, que también están viajando con nosotros desde San Rafael”. Para subsistir, venden alfajores regionales con recetas que aprenden en los caminos argentinos.

Los porteños, por su parte, ya han recorrido todo el centro de la Argentina. “Fuimos al norte, a Santiago, Chaco y Formosa. Entramos a Paraguay, a una zona cerca de la Amazonía que se llama Mariscal, y dimos la vuelta”. Finalmente, se mostraron agradecidos de poder encontrar amigos en la ruta: “Para formar buenos lazos, uno no necesita tanto tiempo. A veces tenemos más vínculo que con la propia familia; hay un mismo sentido de la vida”.

 

 

Fuente: Diario La Provincia San Juan

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Mario Maestu