Desde hace años, un problema oculta la belleza de nuestro entorno en Venado Tuerto: el basural de la ciudad. Prácticamente cada mañana, como un ritual oscuro y perturbador, el fuego se enciende en este lugar, emanando humo tóxico que invade el aire que respiramos. Al apagarse las llamas, la situación no mejora, sino que se agrava con el filtrado de lixiviados que contaminan nuestras napas subterráneas. Este ciclo de destrucción, muchas veces invisible a los ojos de la comunidad, se ha convertido en un desafío constante para la salud pública y el medio ambiente. Hoy ante esta reiterada situación, un vecino que viene luchando desde hace muchos años para poner fin a esta triste realidad, nos dejó en la redacción de Panoramavt su desesperado reclamo, de que al menos, visibilicemos esta situación.

El basural: un problema creciente

Estadísticas recientes estiman que más del 70 % de los residuos sólidos urbanos en todo el país, no se gestionan de manera adecuada. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el país genera más de 12 millones de toneladas de residuos al año, de los cuales menos del 30 % son reciclados. Estos números alarmantes reflejan la ausencia de estrategias efectivas de gestión de residuos, un problema que se agrava en las áreas más vulnerables de nuestras ciudades.

La falta de infraestructura adecuada y la carencia de políticas que promuevan la reducción de residuos son factores que alimentan la problemática. En el caso específico de Venado Tuerto, el basural se ha convertido en un símbolo de la mala gestión de residuos, donde se acumulan desperdicios de todo tipo, desde alimentos hasta plásticos y metales.

 

La llama del basural: un ritual deletéreo

Prácticamente todos los días, las llamas bailan sobre el basural, y el aire se llena de un olor nauseabundo que invade las calles aledañas. Lamentablemente, muchas personas han normalizado esta situación, tolerando un ritual que transforma el aire en un cóctel de sustancias tóxicas. El humo que se desprende no solo provoca irritación en los ojos y vías respiratorias, sino que también contiene partículas extremadamente peligrosas, como dioxinas y furanos, que pueden inducir enfermedades crónicas.

El uso de fuego para eliminar residuos no es nuevo; sin embargo, sus repercusiones son devastadoras. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a contaminantes del aire es responsable de aproximadamente siete millones de muertes prematuras al año. En las áreas cercanas a basurales que son incendiados, las estadísticas de enfermedades respiratorias y cáncer han ido en aumento, evidenciando el impacto directo que tiene la contaminación del aire en la salud de la población.

 

El apagado de las llamas: un engaño temporal

Cuando las llamas son finalmente controladas, la comunidad puede pensar que el peligro ha pasado, pero se encuentran ante una nueva amenaza: los lixiviados. Estos líquidos, que resultan de la descomposición de los residuos, contienen metales pesados y microorganismos patógenos que se filtran al suelo. Según un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INIE), en nuestro país, el 65 % de las napas subterráneas presenta niveles de contaminación por desechos, y los basurales a cielo abierto -como el de Venado Tuerto- es una de las principales fuentes del problema.

El lixiviado no solo contamina el agua que llega a los hogares, sino que también afecta a los ecosistemas circundantes. La fauna y la flora que dependen de fuentes de agua limpia están en peligro debido a la toxicidad de estos lixiviados. Comunidades cercanas han reportado un aumento en enfermedades gastrointestinales y problemas dérmicos en la población más expuesta.

 

El clamor por soluciones: la búsqueda de alternativas

A pesar de la grave situación, hay quienes trabajan incansablemente para buscar soluciones. Organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios han comenzado a visibilizar el problema. La concienciación sobre la importancia del reciclaje y la gestión de residuos ha crecido, y programas de educación ambiental están emergiendo en las escuelas para formar una nueva generación que valore su entorno.

Un ejemplo es el programa de gestión de los residuos que lleva adelante esta gestión municipal desde que asumió el mandato al frente de la ciudad, que promueve la separación de residuos en origen y el compostaje de desechos orgánicos. Gracias a estas iniciativas, se ha logrado reducir la cantidad de basura que llega al basural, aproximadamente en un 20 % en el último año. Sin embargo, estas medidas deben ser impulsadas y sostenidas por políticas públicas más integradoras desde los otros niveles del Estado.

Los estudios de caso en otras ciudades que han enfrentado situaciones semejantes muestran que la implementación de sistemas de gestión de residuos sólidos, que incluyen la recolección selectiva, la clasificación y el reciclaje, puede llevar a la erradicación gradual de basurales a cielo abierto, como el que plaga nuestra comunidad.

 

La responsabilidad compartida: comunidad, gobiernos y empresas

La lucha contra la contaminación por basurales y el manejo inadecuado de residuos debe ser un esfuerzo conjunto. El gobierno local tiene el deber de crear políticas efectivas y brindar los recursos necesarios para que las comunidades adopten prácticas sostenibles. Pero también es esencial que las empresas asuman su responsabilidad en la producción y disposición de los residuos, implementando políticas de reducción y reutilización.

Además, es clave involucrar a la población en este proceso. La comunidad tiene el derecho a exigir un ambiente saludable y a participar activamente en la solución del problema. Conocer el ciclo de vida de los productos que consumimos y aprender a manejarlos puede ser un primer paso vital hacia el cambio.

 

Un futuro con esperanza

La situación actual del basural y la contaminación en Venado Tuerto es alarmante -y desde hace muchos años- pero no es irremediable. El compromiso conjunto de la comunidad, el gobierno y el sector empresarial puede generar un cambio significativo. Para enfrentar efectivamente esta problemática, es necesario adoptar un enfoque integral en la gestión de residuos sólidos y una política ambiental que priorice la salud pública y la sostenibilidad.

Mientras las llamas sigan encendiéndose cada mañana y el humo siga contaminando nuestro aire, la lucha por un entorno más saludable y limpio continuará. Es nuestro deber como ciudadanos defender el derecho a un ambiente digno y hacer frente a los desafíos que la contaminación nos presenta.

Es este sentido hay que destacar los importantes pasos que se vienen dando en estos últimos años y prueba de ello es la pronta inauguración de la nueva planta de tratamiento de residuos, que contribuirá a dejar de arrojar residuos al basural y reciclar y tratarlos en grado muy superior a lo que se viene haciendo hasta ahora.

Hablábamos de responsabilidades compartidas y al respecto es justo mencionar el compromiso ambiental del Grupo Corven, que al quemarse la planta de tratamiento de residuos existente, rápidamente se acercó al gobierno municipal y donó prácticamente en su totalidad la nueva planta próxima a inaugurarse.

La historia de la lucha contra la contaminación en Venado Tuerto se sigue escribiendo. La pregunta ahora es: ¿estás listo para ser parte de este cambio?

 

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu