La Confederación General del Trabajo (CGT) definió su nueva conducción en un congreso marcado por fuertes tensiones internas y desafíos cruciales para el futuro del movimiento obrero argentino. El venadense Jorge Sola, junto a Cristian Jerónimo y Octavio Argüello, liderarán el triunvirato que tendrá la responsabilidad de enfrentar la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei. El cónclave, realizado en el estadio Obras Sanitarias, contó con la participación de más de 2.100 congresales de 210 sindicatos, quienes rechazaron la propuesta de Luis Barrionuevo de retornar a una conducción unipersonal.

Desde las primeras horas del miércoles, el ambiente en Obras Sanitarias era palpable. La presión de diversos sectores amenazaba con entorpecer las votaciones. Los principales gremios llegaron a un acuerdo preliminar la noche anterior, pero la facción liderada por Barrionuevo buscaba imponer la vuelta a un único líder, generando incertidumbre y confrontación.
Rechazo al unicato y fractura en la UTA
El congreso se inició con la discusión sobre la continuidad del triunvirato o el retorno al esquema de un solo líder. Barrionuevo, titular de Gastronómicos, Roberto Fernández, de la UTA, y Omar Maturano, de La Fraternidad, impulsaron la votación sobre este punto. Sin embargo, la votación a mano alzada fue contundente: la propuesta del barrionuevismo fue rechazada por una amplia mayoría. Ante este resultado, Fernández anunció el retiro de la UTA de la CGT en señal de protesta, evidenciando la fractura interna generada por la disputa. Barrionuevo y Maturano, por su parte, optaron por negociar lugares en el Consejo Directivo, asegurando su permanencia en la estructura de la central obrera.
El ascenso de Sola, Jerónimo y Argüello
La elección de Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello como líderes del triunvirato marca un punto de inflexión en la CGT. Cristian Jerónimo, de 49 años, secretario general del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y exreferente de la Juventud Sindical, representa una figura de consenso entre diversos sectores. Su cercanía al gobernador bonaerense Axel Kicillof sugiere una línea de diálogo con el peronismo provincial.
Jorge Sola, de 59 años, oriundo de Venado Tuerto y dirigente del Sindicato del Seguro, era secretario de Comunicación de la CGT. Su ascenso fue impulsado por Héctor Daer y el sector de los Gordos, consolidando su posición dentro de la central obrera.
Octavio Argüello, de 62 años, secretario general de Camioneros, representa la continuidad al integrar el triunvirato anterior junto a Daer y Carlos Acuña. Su permanencia en la cúpula es una victoria para Hugo Moyano, quien logró mantener a Camioneros en el máximo nivel de conducción, demostrando la influencia del gremio en la CGT.

Desafíos inmediatos: la reforma laboral
La nueva conducción de la CGT asume el poder en un momento crítico, con el desafío inmediato de enfrentar la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei. El proyecto retoma artículos del DNU 70 que fueron frenados por la Justicia tras una presentación de los abogados de la propia CGT. La propuesta oficial incluye dar prioridad a los acuerdos de empresa sobre los convenios colectivos, un cambio que los sindicatos consideran un ataque directo a la negociación colectiva por rama. Este punto representa una línea roja para la CGT, que buscará defender los derechos de los trabajadores frente a lo que considera una flexibilización laboral perjudicial.
¿Continuidad o confrontación?
El triunvirato que tendrá mandato hasta 2029 representa, en principio, una continuidad de los sectores que hasta ahora han intentado mantener una línea de negociación con el gobierno, evitando la confrontación directa. La CGT no convoca a un paro general desde mayo y ha priorizado el diálogo sobre la movilización callejera durante todo 2025. Sin embargo, la dureza de la reforma laboral podría obligar a la central obrera a replantear su estrategia y adoptar medidas de fuerza para defender los derechos de los trabajadores. El sector kirchnerista, aunque relegado, ha aceptado lugares en el Consejo Directivo para expresar su malestar con decisiones que consideró inconsultas, lo que podría generar tensiones internas en el futuro. El rumbo que tome la CGT en los próximos meses será determinante para el futuro del movimiento obrero argentino y la defensa de los derechos laborales en un contexto de ajuste económico y reformas estructurales.













