Los pobladores más antiguos cuentan que en 1935, ya se anunciaba públicamente que San Eduardo iba a tener su acceso pavimentado. Hoy, 82 años después parece que por fin esa utopía se va a hacer realidad.

Es que desde fines de marzo del 2017, por diversas gestiones e insistentes reclamos ante el Gobierno de Santa Fe, los trabajos se pusieron en marcha. Son $215 millones los que se van a invertir para pavimentar en un plazo de 12 meses, 15.9 kilómetros de la ruta provincial 4 S que actualmente es de ripio.

Durante los últimos días, se viene trabajando en simultáneo en varios frentes. Es decir, desde el pueblo hacia Venado Tuerto y viceversa, en un tramo total de cinco kilómetros, que abarcan tanto la parte urbana del trayecto como así también, el camino abierto. Las máquinas, están cumpliendo a buen ritmo con el alteo del suelo, llevando en la zona rural el ancho del camino a 7.30 metros.

Otro dato, es que resta terminar 120 metros de cordón cuneta sobre Octavio Batista, para estimativamente en un mes, si el tiempo lo permite, ya comenzar con la colocación del asfalto. Con todas estas tareas preliminares, se prevé mover 400 mil metros cúbicos de tierra. Es decir: todo tiene que ver con la composición del paquete estructural hacia la parte del camino abierto, de la ruta propiamente dicha.

 

En la lucha constante

Rubén Dacatra es jubilado de la docencia. Tiene 79 años y junto a su mujer, tienen un comercio de diarios y revistas. Desde 1947 vive en la localidad y llegó a lo largo de su vida, a integrar varias comisiones que peleaban por realizar la obra de pavimento. Entre otras cosas, recuerda las distintas etapas a nivel nacional y provincial, que de una u otra manera fueron trucando el proyecto.

“Los viajes a Santa Fe fueron muchos. Pero siempre fue duro con los militares estando de turno. Primero tuvimos que esperar que pasara el Mundial ’78 y después la Guerra de Malvinas. Eso fue lo más cercano. Desde ahí el grupo se abrió porque ya era imposible”, asegura. Y recuerda: “Ya en 1935, se construyó la ruta 8. Decían que iba a pasar entre 6 y 8 kilómetros del pueblo. Luego se desvió más para el lado de Venado Tuerto. Y la anécdota es que cuando la ruta venia de Pergamino, ya en el diario ‘La Nación’ se publicaba que se hacia el pavimento. Desde entonces estamos esperando”.

Dacatra, manifiesta que en varias oportunidades a lo largo de la historia, se dijo que el pavimento se hacía. “Incluso en la presidencia de Arturo Frondizi, que estaba como gobernador Sylvestre Begnis, la información era que terminaban el acceso a Sancti Spíritu y venían para acá. Empezaban a traer materiales. Se habían hecho relevamiento, mediciones. Incluso se niveló el camino actual, con marcas de altura para el pavimento. Pero cayeron los gobiernos y se paralizaron todas las obras públicas. De ahí en adelante la lucha fue constante”, remarca.  

Conectados al desarrollo

Alicia Dalton de Busso, también es ex docente y hace cerca de 50 años que vive en San Eduardo. Reconoce que siempre fueron escépticos porque fueron muchas las promesas y nunca se hizo nada.

“Por eso hoy estamos felices. Llenos de esperanza. Vemos esos sueños a punto de cumplirse. Siempre decimos que estamos separados del mundo por un camino de tierra. Hoy podemos decir que a futuro vamos a estar conectados al desarrollo, a la vida, por una ruta asfaltada que tanto deseamos tener”.

Alicia siempre cuenta que el pueblo debería tener una reparación económica más que histórica, porque entiende que la ruta 33 debería haber pasado más cerca de los pueblos hace muchos años. “Solo pasó al alcance de los grandes propietarios de tierra. Dejaron a San Eduardo aislado. Por eso esto es algo que nos debíamos como habitantes del pueblo y del país”.

Y amplia: “El último recurso fue Diego MIlardovich (actual coordinador del Nodo 5). Si él no lograba eso, para nosotros iba a ser una gran desazón. El gobernador Miguel Lifschitz puso su buena semilla y el senador Lisandro Enrico, le dio el impulso que le faltaba. Es difícil imaginarlo. Charlamos y decimos que vamos a ir en bici o en moto. Para nosotros es demasiado. Y maravilloso”.

Insistiendo, reclamando y gestionando

El senador provincial Lisandro Enrico, fue junto al coordinador del Nodo 5, quienes tomaron -literalmente-, a modo personal esta lucha. Ambos, impulsaron desde su lugar el reclamo pensando en los vecinos de San Eduardo y sobre todo en los pequeños pueblos postergados del sur santafesino.

Para Enrico, “esta obra es fruto de un reclamo histórico que se llevó adelante pensando en los vecinos de San Eduardo, desde el deseo de promover el crecimiento de los pequeños pueblos, a la integración de las comunidades postergadas en el tiempo. Su impacto positivo también repercutirá en Venado Tuerto y en la región”.

El legislador, considera que la pavimentación del camino es un antes y un después para la vida de los saneduardenses: “La localidad tiende a progresar en múltiples aspectos. El asfaltado íntegro del camino optimizará el tránsito y brindará soluciones definitivas a una arteria inconclusa. No volverán a presentarse anegamientos en el tramo por efecto de las precipitaciones, y disminuirán los riesgos de circulación. Las probabilidades de accidentes bajarán de manera considerable. Cuando la obra esté terminada, en menos de 15 minutos los vecinos podrán trasladarse hasta Venado Tuerto por un trayecto vial seguro, que brinde garantías para llegar a destino y retornar”.

 

Un hijo de esa tierra

Finalmente, Diego Milardovich, reflexionó como vecino nacido y criado en San Eduardo: “Para mí no es una obra más. Indudablemente significa cumplir un sueño por haber puesto una cuota importante de trabajo en esta última etapa para que esto se pueda concretar y se haga realidad. Yo le decía al Gobernador cuando vino a anunciarla que no era un anuncio más. Sino que se estaba concretando un sueño, que es en definitiva lo que sienten muchos vecinos del pueblo y de la zona”.

Y amplia: “Es una oportunidad única que se le abre. Significa un montón de posibilidades lo que la obra trae consigo. Lo más importe es que los jóvenes que una vez tuvieron que migrar, van a poder rehacer su vida en el pueblo. Son cosas que no tienen precio, que no compra el dinero. Las más valiosa e importantes”.

Y resume: “Cada vez que vuelvo a mi pueblo y veo el avance, pienso en todos los que alguna vez trabajaron para este sueño y no tuvieron la suerte de nosotros. Junto a Lisandro  (Enrico) hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance para poder materializar esta obra tan importe. Por eso siempre mi recuerdo a todo los que trabajaron e hicieron algo para que estos sea una realidad”.

 

Fuente: Pablo Rodríguez (Transmedia Venado Tuerto)

Fotos gentileza: Nicolás Vilchez 

 

 

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