Vecinos, bomberos, Defensa Civil y Cruz Roja en una desigual lucha contra el agua. El anillo de contención cedió y el agua ya entró al pueblo. El Casino debió cerrar momentáneamente.

Después de los casi cien milímetros de lluvia en la madrugada del lunes, y el fuerte viento del sur, finalmente el agua logró superar el anillo de contención realizado como último bastión de lucha contra la inundación del ejido urbano en la localidad cabecera de nuestro departamento. La zona más expuesta es la norte, por detrás del Casino, que dicho sea de paso, debió cerrar sus puertas.

Las opciones no son muchas, por la imposibilidad de llegar hasta el sector más comprometido: ni vehículos o de a pie, como para rearmar unos 15 metros del cerco de bolsas de arena,  tierra y piedras que forman el anillo de contención, en una desesperada intentona de parar esa gran masa hídrica que desde hace varias semanas amenaza con entrar a las calles del pueblo. La opción barajada por las autoridades era arrojar bolsones de arena desde un helicóptero, para volver a cerrar el perímetro, que en el sector norte, cedió en un tramo cercano a los quince metros. Pero el único helicóptero de la Provincia no está disponible ya que se encuentra haciendo el servicio de mantenimiento.

Así las cosas, solo resta esperar que la naturaleza se apiade de Melincué: pare de llover y calme el viento. Lo que el hombre no hizo en obras, ahora está en manos de la Divina Providencia.

Último momento

Debido a la dramática situación que viven los habitantes de Melincué, que en algunos sectores del pueblo está con el agua hasta las rodillas, mañana miércoles cortarán las rutas 90 y 93 en el horario de 8 a 18, para visibilizar el drama que están atravesando.

Ya hay más de medio centenar de personas evacuadas y alrededor de un 40 % del pueblo inundado. Y justamente mañana, las autoridades de Recursos Hídricos de la Provincia estiman poder empezar a evacuar las aguas que invadieron el ejido urbano, con la puesta en funcionamiento de las bombas.