La Comuna de María Teresa es pionera en la región en materia de salud pública y salud animal. Tras haber creado un área específica para salud animal, y haber establecido una política de trabajo que incluso cuenta con presupuesto asignado, hoy avanzan en la colocación de chips en perros callejeros y domésticos, que permitirán llevar adelante un más efectivo control de la población animal de esa localidad; herramienta fundamental para la planificación de políticas públicas de salud e incluso de seguridad.  

“La idea es colocar chips a todos los animales del pueblo para que los vecinos no solo puedan saber dónde está su perro si se extravía (los datos se suben a una página y desde allí, on line, se puede recuperar un perro perdido, o dar aviso de uno encontrado). De esta forma nosotros, como estado comunal, podemos llevar un registro de qué vacunas tiene  cada perro, quien es el dueño de cada animal, y ante cualquier problema tener las herramientas para identificado. Solamente pasando el scaner cerca del animal se sabe de quién es, o si es callejero o no”, precisaron desde la Comuna.

El Dr. Julián Palarich (vicepresidente de la Comuna de María Teresa) explicó que venían “trabajando en forma sistemática y organizada en la castración de animales pequeños desde hace tiempo, sobre todo con perros (aún no con gatos, pero es el paso a seguir), y creamos dentro de la gestión en salud pública de la Comuna de María Teresa, un área específica de zoonosis. Existen un 60% de enfermedades humanas infecciosas son zoonóticas, se transmiten a través de los animales pequeños. De allí la relevancia que le asignamos a la temática”.

Palarich detalló que se designó a cargo a la veterinaria Silvana Jukic. La labor de difusión, información y la interacción con la comunidad resultan centrales; siendo las escuelas de la localidad un ámbito clave para desarrollar esas tareas. 

“Otro de los puntos importantes es el trabajo en castración de animales, tengan estos dueños o sean callejeros. El área de zoonosis está realizando un promedio de una castración por día (28 castraciones al mes). A los vecinos que pueden pagar el mínimo de la castración ($350) se les cobra la intervención. A los que no cuentan con esa suma, se los autoriza desde el área social y es la comuna la que asume el costo. Los animales callejeros también son intervenidos”, resume el vicepresidente de la Comuna.

Finalmente, por estos días inician un camino altamente innovador que consiste en la colocación de micro chips en los animales de la localidad. “Adquirimos una pistola aplicadora de chips, más un scaner, más 100 chips en esta primera etapa. La veterinaria los va a empezar a aplicar en los animales peligrosos. ‘Peligrosos’ no son solo determinadas razas, sino que también se considera peligroso a aquellos de gran porte. La veterinaria va a determinar a cuales”, precisa Palarich. Agregando que “también se aplicarán a todos los perros con propietarios, y quedarán los animales callejeros. La idea es colocar chips a todos los animales del pueblo”.   

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu