Es para juzgar a dos hombres de 26 y 30 años, respectivamente, por un robo calificado que cometieron en 2015. La fiscal Paula Borrello pedirá 17 años de prisión para uno de los acusados, y 20 años de prisión para el otro. Los dos hombres registran antecedentes penales condenatorios.   

Se inició en nuestra ciudad el juicio oral y público para juzgar a dos hombres por un robo calificado que cometieron en 2015 en una vivienda ubicada en calle Chacabuco al 200. Los imputados son DF de 26 años y DDFN de 30.

La fiscal que investigó el caso fue Paula Borrello. En sus alegatos de apertura, la funcionaria del MPA solicitará 17 años de prisión de cumplimiento efectivo y declaración de reincidencia para DN, y 20 años de prisión de cumplimiento efectivo y declaración de reincidencia para DDFN.

El tribunal pluripersonal estará integrado por los jueces Eduardo Bianchini (presidente), Lorena Garini y Adrián Godoy.

Los hechos

El delito que investigó la fiscal Borrello fue cometido el lunes 15 de junio de 2015. “Minutos después de las 21.00, los dos acusados escalaron muros y techos para ingresar por la puerta trasera de la vivienda en la que cometieron el ilícito”, recordó la fiscal.

En la casa había un hombre y una mujer, a quienes amenazaron de muerte con un arma de fuego calibre 38 que portaba DF y con un cuchillo que tenía DDFN. “Al hombre lo golpearon, lo ataron con alambre y le apuntaron con el arma de fuego, mientras tanto, la mujer era movilizada por toda la casa con un cuchillo sobre su cuello para que entregara dinero y joyas”, precisó. “Finalmente, se llevaron 20 mil pesos en efectivo, 400 dólares estadounidenses y 70 euros. También sustrajeron cuatro anillos; un teléfono celular y un monedero”, agregó Borrello.

La fiscal remarcó que “el ilícito perpetrado es uno de los más graves porque resulta pluriofensivo, no sólo de la propiedad ajena, sino también de la vida y la integridad física de las víctimas, que fueros atadas, amenazadas, amedrentadas y golpeadas por los imputados”. En tal sentido, indicó que “los acusados utilizaron un arma blanca y un arma de fuego de guerra, lo que les permitió tener mayor poder ofensivo y menor capacidad defensiva en las víctimas”.

Borrello también sostuvo que “se generaron perjuicios concretos de gran magnitud para las víctimas, no sólo por la cantidad de dinero y los objetos de valor sustraídos, sino también por el daño psicológico de las víctimas que sufrieron un hecho violento dentro de su propio hogar, perdieron su tranquilidad y se vulneró su ámbito de seguridad”.