El sábado 6 de enero, aparece en tapa del diario venadense El Informe un título en el que se señalaba “que ante un aumento de la demanda, el hospital y el Municipio no dan abasto en la atención médica”, y un subtítulo en el que la lefa local del PAMI señala “deficiencias en el servicio de salud privado”.

Leyendo el desarrollo de la nota encontramos las argumentaciones de Cecilia Petrich (directora del Hospital Nodal de VT) centrando la mayor incidencia en la producción de este déficit, “en la falta o insuficiencia de recursos humanos, médicos especialistas y de guardias, anestesistas que frenan la producción de las cirugías, enfermera/os, paramédico, etc.”; aclarando que “es un problema general en el país, no solamente en Venado”. Todos ellos, conceptos que este Círculo Médico suscribe en cada uno de sus términos, compartiendo las dificultades que provoca. Hemos estado sentados permanentemente en todos los foros serios (locales provinciales y nacionales) para colaborar en la búsqueda de soluciones reales y sustentables, evitando como norma el tratamiento mediático de estos temas sensibles. El planteo ligero en los medios de comunicación de temas tan complejos como los expuestos, muchas veces satisface egos personales, pero aumentan la angustia en una población a la que, día a día, le van sobrando los motivos cotidianos de zozobra.

El Municipio plantea sus problemáticas, todas ellas también muy entendibles en una población que cada vez en mayor medida, día tras día, va pasando a depender de la asistencia pública por los incrementos en el costo de vida, los servicios, por perdida de sus trabajos en relación de dependencia; engrosando un cuentapropismo desesperado.

La tercera entrevistada en aquella publicación fue la jefa local del PAMI, que en un desarrollo catastrófico carga todas las culpas sobre el sector privado. Cuando alude “al sector privado”, se refiere a la atención a pacientes cubiertos por Obras Sociales, nacionales y provinciales, gremiales, mutuales, prepagas, etc. Todos ellos administradores de mucho dinero. Los prestadores (médicos e instituciones médicas) no participan más que en la etapa final: en la atención al paciente. Los médicos no administramos esos suculentos fondos.

Los prestadores privados de salud somos un conjunto de instituciones y profesionales de la salud, que cumplimos con nuestra tarea en la sociedad, responsablemente y logrando el mejor resultado posible, a pesar de que muchas veces nos vemos amenazados por las inestables condiciones de la macroeconomía del país y sometidos a las leoninas condiciones que imponen los principales financiadores del sector salud.

Es lamentable ver entonces, que algunos funcionarios no dudan en manifestarse públicamente contra nosotros, con críticas infundadas, generalizaciones imprecisas, visiones parciales y sesgadas. Intentando distorsionar la realidad y desviando la atención, con el fin de no asumir las responsabilidades políticas que les caben a aquellos quienes deben de solucionar los problemas del sector salud, en serio y para siempre.

No confundan a la población. Pacientes y prestadores somos víctimas de un sistema de salud que perpetúa viejos problemas, soporta inoperantes funcionarios políticos, derrocha recursos en gastos estructurales y burocráticos, y destina migajas a las prestaciones médico sanatoriales. No somos los “prestadores privados de la salud” los que les achicamos a su mínima expresión la provisión de medicamentos a los jubilados, ni los que incumplen con el pago de los compromisos contractuales firmados. Por caso, un solo establecimiento de salud de referencia regional, ha firmado convenio por un valor de cápita de $ 409,10 por afiliado, pero recibe desde el comienzo de la vigencia de ese acuerdo una cifra mucho menor, lo que constituye actualmente una deuda a reclamar de $ 9.645.000. Esto solo daría respuesta a su aseveración final cuando asegura “que el Pami les paga bien a los Sanatorios y estos les pagan mal a sus médicos”. Cualquiera puede entender que $10.000.000 no cobrados en menos de un año les ayudaría a los profesionales a cobrar bastante mejor. Con lo percibido en la actualidad por las prestaciones dadas solo logran con mucho esfuerzo y buena voluntad cubrir los costos sanatoriales para subsistir ¿O acaso es casualidad el quebranto y cierre que sufren la mayoría de las instituciones sanatoriales?

¿Es consiente la jefa local del Pami que en Firmat no hubo prestaciones durante la mayor parte del desarrollo del nuevo convenio, y hoy los jubilados solo reciben algunas muy puntuales fuera de convenio? ¿Sabe porqué señora jefa? Porque no les alcanza lo que les paga PAMI, y decidieron no ser parte de esta maniobra de ahorcamiento suave y progresivo ¿Sabe que todos esos afiliados se atienden mayoritariamente aquí en Venado? ¡Y por pedido de ustedes, para evitar el colapso y sobre todo el deterioro político! ¿Sabe que cerró un sanatorio, y que también esos afiliados fueron derivados a los pocos que quedaron en pie? ¿Sabe que Arias y Alejo Ledesma también los vuelca a Venado Tuerto sus afiliados más complejos? Es muy triste leer esas amenazas que no son dignas ni de quien vienen, ni de los destinatarios de las misma.

De ninguna manera esto pretende justificar prácticas abusivas, que las puede haber sin duda. Sobre ellas trabajamos a diario incluso con usted cuando se descubren. Pero en este contexto, una demora en un turno no urgente, una guardia retrasada, no puede opacar el sacrificio que estamos haciendo para sostener este sistema. Cuando amenaza que va a ejecutarnos, sacarnos capitas, etc; cuéntele a la gente dónde las va a mandar a atender, dentro de este perverso sistema inventado por ustedes mismos.

Los prestadores privados de la salud brindamos servicios con aranceles rígidamente regulados y, muchas veces, unilateralmente impuestos. En reiterados casos con transferencia de riesgos y con plazos de pago que se van extendiendo en el tiempo, en este contexto de inflación insostenible. Las Asociaciones Profesionales y las clínicas y sanatorios nos vemos obligados a admitir contratos por capitación (como lo impuso recientemente el PAMI), con valores claramente insuficientes. Pero esto no es visualizado por la Jefa de la delegación local del PAMI como parte del problema ¿Se deshumanizan los médicos, o se vuelven hipócritas algunos funcionarios? ¿Por qué se insiste con mantener intervenido el PAMI desde el año 1976, y no lo devuelven  a sus legítimos dueños: los jubilados?

Si aparece un problema con prestadores al borde  de la quiebra, pida a los pocos que quedan en pie que traten de ayudarla. Y si lo logra, trate de no usar como argumento crítico lo que puede haber sido “una lógica demora”, presentada con un título catástrofe.

En el sector privado de Venado se realizan alrededor 300 a 400 practicas quirúrgicas por mes solo de Pami (igual o más que el Hospital en su totalidad), a un valor de $10,50 por galeno quirúrgico; contra un valor de $23 en el Iapos ¿Puede definirse esta situación como catástrofe por la maldad de los prestadores privado? Estos son datos señora Jefa, no es política.

La población debe saber que así comenzaron las dos estafas que le hizo el PAMI a los prestadores locales: una en el año 1.996 y la otra en el 2.001/2, donde quedó debiendo más de cinco millones de dólares solamente en nuestra región (deuda acreditada y consolidada pero nunca saldada). Ello motivó el quebranto y cierre de cuatro sanatorios. Vale la pena recordar también que el suicidio del Dr. René Favaloro tuvo su desenlace por estos hechos, magnicidio inducido nunca aclarado.

No son buenos los análisis sesgados, parciales o cargados de prejuicios. El desarrollo privado de la salud es legítimo, es necesario, es complementario; y debe ser valorado como emprendimiento empresarial y profesional con fines sociales. Así como también debe ser financiado de manera adecuada, previsible, oportuna y suficiente.

Creer que la culpa de las fallas del sistema de salud recae sólo sobre los prestadores privados es como querer tapar el sol con una mano. Nuestro sistema de salud requiere de un gran proceso de reformas que afecten no solo al componente prestador, sino también –y principalmente- al financiamiento y la gestión del mismo. Y esa es responsabilidad de los funcionarios, no de los prestadores.

COMISIÓN DIRECTIVA - Círculo Médico del Departamento General López 

 

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu