La Comuna de Chapuy continúa con su inédito plan de pavimentación para completar la cuadrilla del pueblo, uno de los objetivos propuestos desde el inicio de la administración que encabeza Jorge Marmirolli.
Aquella idea que parecía de imposible concreción a poco de comenzar este proceso, hoy, tras años de avance silencioso y perseverante, está muy cerca de cumplirse. “Solo quedan seis cuadras de tierra", comenta con el pecho ancho Marmirolli. Y no es para menos: cuando él ingresó como presidente comunal no había ni siquiera una sola cuadra de hormigón. Todas eran de tierra.
Se trata de una obra que en su continuidad implicó financiamiento de distintos orígenes, tanto a través del Fondo de Obras Menores como del aporte de los propios frentistas quienes pagaron un mínimo que permitió avanzar en la construcción sin detener la marcha y favorecer el ritmo y los costos del proceso. En este camino, el aporte del Estado comunal fue esencial ya que no solo administró con austeridad e inteligencia los fondos públicos, sino que aportó de manera gratuita la mano de obra. En esa tarea, el rol del propio Jorge Marmirolli en su condición de trabajador, no ya de máxima autoridad del pueblo, es más que destacable. Cada jornada, luego del trabajo administrativo y de gestión en la Comuna, entrada la tarde y cuando el tiempo lo permite, “Popi” Marmirolli (el propio presidente comunal) se encarga de cortar el pavimento “para evitar que con la dilatación se estropee”, marcarlo, cuidarlo. “Todo eso es sin costo. Lo hago yo nomás. Es una forma de abaratar costos y de que el pueblo avance”, repite.
Marmirolli, destaca la importancia de estas contribuciones y apunta que cada cuadra tiene un costo de alrededor de un millón de pesos y se les cobra a los ciudadanos una vez finalizadas.
“Más de un frentista ha pagado al contado para que podamos seguir comprando materiales”, aclara. Además, indicó que pese al proceso inflacionario que atraviesa el país “los proveedores respetan los precios” y eso permitió consolidar el proceso de construcción.
