Por Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Una semana antes de las elecciones del 14 de noviembre titulábamos que ese día comenzaría el 2023. A dos semanas de un 2022 colapsado de casos positivos de COVID-19, con una inflación galopante solo disimulada por el PreViaje que distrae a millones, sequía espantosa, y mientras la vicepresidenta hace todo lo posible para condicionarle al presidente el acuerdo con el FMI, la clase política está preparando el equipaje para zarpar rumbo al inexorable 2023.

En Santa Fe, el gobernador Omar Perotti finalmente promulgó la ley tributaria con la nueva distribución del inmobiliario pergeñada por la oposición en Diputados: 60 % para municipios y comunas y 40 % para el Estado (antes era 50 y 50) lo cual, según el gobernador, les hará perder unos 1.500 millones de pesos, “que veremos de dónde lo sacamos, si de Educación, Salud, Seguridad o de la Legislatura”, acicateó. 

Quedará para la reanudación de las sesiones extraordinarias el presupuesto 2022, freezado en Diputados por la oposición radical–socialista, porque el gobierno, según los radicales, no cumplió con la promesa hecha a los senadores, de firmar transferencias del programa Incluir, ni del Fondo de Obras Menores. Los socialistas utilizan el mismo argumento, pero con otro maquillaje: el ministro Agosto no respondió al cuestionario sobre esas mismas transferencias, que le dejaron cuando los visitó en la Cámara.

Desde luego que en la Casa Gris desmienten tales negociaciones entre senadores radicales y funcionarios de Economía, a tal punto que el siempre medido ministro de Economía Walter Agosto, salió inusualmente con los “tapones de punta” a decir que "hay un grupo minoritario de diputados e intendentes de la oposición que se sienten muy incómodos con la solvencia fiscal de la provincia, y con el hecho de que el gobierno haya superado el descalabro fiscal que ellos mismos dejaron".

Con este panorama, a menos que la oposición retroceda algunos pasos (porque Perotti no lo hará) difícilmente habrá presupuesto 2022 en lo inmediato. 

Con semejante sequía, que ameritará desembolsos extraordinarios por parte del gobierno, que unos y otros se enfrasquen en una encarnizada batalla dialéctica seguramente no sería bien visto por la sufrida población.

 

Las carpas del verano

El flamante diputado nacional Roberto Mirabella, a pesar de los picos de calor, está recorriendo pueblos y ciudades para “ampliar la base de Hacemos Santa Fe” dijeron allegados, al que piensan relanzar en febrero o marzo, pensando en las opciones gubernamentales 2023 del propio Mirabella, Lewandowski o Celia Arena. Para ello el principal lugarteniente de Perotti no trepida –como en Venado Tuerto– en convocar a personajes del peronismo identificados con “el peronismo de centro derecha”, según nos describió un colega venadense especialista en política.

A todo esto, Armando “Pipi” Traferri se ríe cuando le hablan de un acercamiento con Omar Perotti: “Votamos el presupuesto porque somos peronistas, pero de ahí a pensar en acuerdos con Perotti es ilusorio”, refrendó. El tiempo lo dirá.

 

¿Quo vadis oposición?

En la oposición, la novel y explosiva senadora nacional Carolina Losada será un hueso duro de roer, para propios y extraños. Le dijo a Clarín que no piensa en una candidatura gubernamental, y que “Espert y Milei son dos líderes políticos que respeto, hay que charlar una posible alianza con ellos”. 

Losada será sin dudas el contrapeso electoral de Lewandowski, si Perotti decidiese que él sea el candidato a sucederlo. Por lo pronto piensa en que hay que arrimar al socialismo santafesino a Juntos por el Cambio, y es acérrima crítica del gobernador. Y con chapa mediática.

La líder del socialismo santafesino Clara García, no desdeña nada (confluir en un “frente de frentes”) bajo el concepto histórico de “una tradición frentista” del socialismo, pero utilizó el manual práctico del partido: “No me gusta pensar en rejuntes electorales solo para ganar elecciones”, le dijo a Desafíos Productivos (Somos Santa Fe-Flow).

El presidente formal de la bancada socialista, Joaquín Blanco, vendría a ser algo así como “el subconsciente crítico sin tanta diplomacia” de Clara García, y se anima a desafiar: “El frente de frentes hoy es un slogan vacío”, y arremete: “Nadie nos va a arrastrar a un lugar en el cual no estemos cómodos ni creamos que sea una verdadera herramienta de transformación. No vamos a ser parte de algo que no sea serio para las expectativas de cambio de la provincia. En uno de los momentos más críticos, junto con la compañera Clara García, sacamos 230 mil votos. Eso tiene un valor enorme y se respeta”.

Julián Galdeano, el “padre de la criatura” (Losada) en una nota al portal Letra P, de movida marca la cancha: “El radicalismo está creciendo. Muchos del macrismo vuelven a acercarse, pero no somos más la ambulancia del PRO ni de JxC. Hay que ampliar la coalición, no solo cambiar al de la punta de la mesa”; a la vez que dispara un sonoro mensaje al PRO vernáculo: “Hay que desalambrar la provincia. Los funcionarios de Cambiemos venían para la micromilitancia a un hotel de Rosario. Hay que tener contacto con la gente, empresarios, etc”. 

Galdeano, socio del santafesino Mario Barletta en la construcción del reciente triunfo, quiere que “el radicalismo contenga a todas las vertientes de la oposición para confluir en un mismo barco” y asegura mantener conversaciones con el intendente de Rosario Pablo Javkin, la democracia progresista (en la última contienda dentro del FPCyS), entre otros. 

Finalmente coincide con Clara García: “Con (Fernando) De la Rúa y (Mauricio) Macri se cometió el error de construir “en contra de”. Hay que tener un programa”.

Maximiliano Pullaro, otro de los líderes radicales, también habló con Letra P entre mates en la playa y encuentros con dirigentes de otros sectores, que también combinaron arena, mar y reuniones políticas, por ejemplo Betina Florito, que acaba de mostrar en la reciente elección una performance más que interesante por fuera de los tres frentes.

Pullaro desde el mismo día en que perdió las PASO a manos de Losada comenzó a cimentar su candidatura a gobernador y dice estar trabajando “para ver cómo construimos un frente para ganarle al PJ en 2023”, con “mucha política y un programa de gobierno”. Y también le pone los puntos sobre las íes a otras ambiciones internas: “Ningún partido tiene la manija ni debe desplazar a otro. Hay un objetivo: ganar en Santa Fe”.

Como Losada y Galdeano, Pullaro piensa que “el gobierno de Perotti es malo. Por eso, la oposición puede ganar en 2023, pero este frente tiene que saber a dónde va”. 

Finalmente el líder natural del PRO santafesino (mal que les pese a otros) Federico Angelini, amplia horizontes: “La idea nuestra es en 2022 construir el espacio para llegar al 2023 con chances de gobernar. Ocuparnos de lo provincial y lo nacional. El Pro va a tener mucho protagonismo en esos dos ámbitos”; se esperanza para concluir que “no descartamos tener candidato propio para las gubernamentales”.

Así comenzó el 2022. Y falta aún la audiencia imputativa a Marcelo Sain y sus colaboradores.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

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