Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Mientras los socialistas quieren definir su postura electoral sobre fines de este año o principios del 2023, los futuros socios radicales del embrionario frente de frentes quieren ir cerrando filas para mediados del invierno. Socialistas y radicales disconformes se unen a sectores de centro izquierda para dar batalla con frente propio. El peronismo por ahora es una perfecta ecuación de disidencias y enconos. Hay crisis de liderazgos en la política santafesina.

 

El inevitable “derrame nacional”

Mauricio Macri cree que podría conservar aún los 40 puntos que obtuvo en el 2019, y cavila que si el movimiento libertario de Javier Milei llegase a un poco más de 20 y Cristina Fernández conservara sus casi 30 puntos de voto inamovible, las chances presidenciales para el año que viene estarían casi aseguradas en una hipotética segunda vuelta; sea contra quien fuere. 

¿Eso lo transformaría hipotéticamente en precandidato? ¿Y si no?: Patricia Bullrich; no hay opciones, aseguran quienes lo rodean; siempre y en cualquier escenario sin descartar una interna con Horacio Rodríguez Larreta.

Si hubiera internas presidenciales entre candidatos del PRO en Juntos por el Cambio nacional, la provincia de Santa Fe debería acompañar necesariamente con sus candidatos locales. Federico Angelini es el hombre de Macri en Santa Fe; lo acaba de ratificar en una radio rosarina el propio expresidente.

¿Y Larreta? Habría que bucear tal vez en las inquietas aguas del radicalismo santafesino Evolución, cuyo líder nacional es Martín Lousteau, aparente socio de Larreta en CABA, y representado en estos pagos por Maximiliano Pullaro y su sector, que acaba de mostrar al “proísta” Gabriel Chumpitaz –distanciado de Angelini-  en un spot insinuando ser precandidato a intendente de Rosario de Lousteau. ¿O Larreta? ¿Podría Pullaro, por carácter transitivo, asistir a Larreta si decidiese ir a internas contra Macri o Bullrich?.

 

Mientras tanto, fronteras adentro…

A pedido del radicalismo, el socialismo recibió en Rosario a la cúpula presidida por Felipe Michlig. Formalmente fue una “muy buena reunión, en los cordiales términos de viejos conocidos” -y socios en los últimos 20 años- afirmaron con diplomática escrupulosidad unos y otros al cabo de la reunión. 

El socialismo fue un poco más allá y puntualizó que plantearon “la defensa de los gobiernos locales, discutir un plan de seguridad y avanzar en la reforma constitucional”; mientras que el jefe radical Felipe Michlig resumió que charlaron acerca de “cómo empezar a desandar el camino que nos permita organizar un frente potente, nuevo, para ser competitivos, y para ello convenimos en trabajar en un programa de gobierno”.

Lo que nadie dijo es que no habría coincidencias en los tiempos y prioridades políticas de cada uno: mientras los socialistas plantearían hablar de candidaturas recién para fin de año o inicios del 2023, los radicales -al menos Evolución- quieren hacerlo promediando el invierno.

Los socialistas, por ejemplo, quieren comenzar a discutir junto al peronismo la reforma de la Constitución (hablan de mediados de junio con una convocatoria al Ejecutivo, actores de la sociedad civil y académicos) mientras que el radicalismo aplaza esa posibilidad recién para el 2024. “La sociedad espera de nosotros otras cosas, que reformar la Constitución”, susurran sotto voce. 

Si los radicales no quieren hablar de reformar la Constitución este año, en esa línea de razonamiento cabría esperar la misma respuesta si de cambiar el estilo de la actual boleta única santafesina se tratare. Una idea que sobrevoló oficinas legislativas.

El diputado nacional Mario Barletta busca una “papeleta a la cordobesa”, para el debut de la boleta única de papel nacional, esto es, que en una sola línea esté el presidente, senadores -donde se eligieren- y diputados. 

Según el peronista Luis Rubeo esa idea no lograría cuajar en nuestra Provincia si se quisiera modificar la boleta única que rige desde el 2010, toda vez que a los senadores habría que asegurarles ir despegados de la “sábana” gobernador y diputados. Caso contrario jamás saldría de ese hemiciclo.

 

La izquierda hace “rancho aparte”

El sector socialista disidente Bases que conduce Eduardo Di Pollina congregó en Rosario a líneas políticas afines ideológicamente (o sea, en contra de “la derecha”) tales como Igualdad (Rubén Giustiniani), Social y Popular (Carlos del Frade), SI (Alicia Gutiérrez), Ciudad Futura (del matrimonio rosarino Monteverde – Tepp) y el radical “Libre” Fabián Palo Oliver. “Todos orientados por su afinidad con el kirchnerato”, azuzan insidiosamente desde otros costados. De hecho en el cónclave rosarino participó Juan Gianni, militante kirchnerista.

La idea es conformar un prisma afín que se diferencie “radicalmente” de la entente Frente de Frentes, que reuniría una amplia paleta de colores político-ideológico. 

 

Se agranda la familia santafesina de Juntos por el Cambio

A los partidos fundacionales de UCR, PRO y Coalición Cívica, todos con representación parlamentaria en Santa Fe, se le sumó hace poco el diputado pro vida Walter Ghione con el Partido UNO; y ahora acaba de presentar su ficha de incorporación a Juntos por el Cambio la diputada -también pro vida- Betina Florito, flamante representante de Encuentro Republicano Federal de Miguel Pichetto en la provincia de Santa Fe. De hecho esta semana Florito bautizará a su bloque unipersonal con esa denominación.

Después de una extensa gira de 14 días por Europa, Kuwait y los Emiratos Árabes, el gobernador Omar Perotti se reincorporará a sus tareas. Lamentablemente las buenas noticias que seguramente trae en materia de relaciones de negocios para la provincia, se verán opacadas por la violencia sin fin en Rosario, cuya población está a cinco minutos de pedir “otra manera de hacer las cosas”.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu