Por Esteban Stiepovich

Un anuncio esperado, con intentos que en su momento no colmaron las expectativas de quienes tienen que cumplir con la obligación de habilitar o renovar su carné de conducir, esta vez ha tenido en sus inicios el efecto buscado con una serie de reformas técnicas y funcionales, que optimizan el sistema. La habilitación en Irigoyen y ruta 8 de un nuevo local (foto), con condiciones edilicias aptas para respaldar su funcionamiento y un personal capacitado y preparado para garantizar los resultados pretendidos, parecen ser el mejor resguardo para asegurar la efectividad de la prestación de un servicio que el tiempo posibilitará su evaluación y continuidad, con ajustes si se los considera necesarios. Hoy, la mecánica observada en la nueva planta de operaciones para la obtención del carné de conducir, revela un cambio notorio en el lapso de duración del trámite, habiendo superado las esperas y las incomodidades a que se veían sometidas las personas interesadas en su gestión, las que no han escatimado elogios al momento de la valoración del nuevo sistema puesto en marcha por las autoridades municipales y la diligencia del personal en su cometido, reafirmando la vigencia de que lo importante no es lo que se promete, sí lo que se cumple. Y esto cabe y debería ser tenido en cuenta en algunos otros ámbitos de actuación, públicos y privados, donde suele advertirse para con los adultos mayores y otras personas condicionadas en su capacidad física, el sometimiento a situaciones que deben y tienen que ser corregidas. Una atención preferencial no siempre tiene que ser la consideración de un privilegio, sino cumplir en este caso con la ley. O si se quiere, un acto de sensibilidad y respeto que debe observarse con quienes merecen una consideración distinta.