Por Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Últimos cuatro días para que los candidatos convenzan a los “independientes”, que se supone que son los idealizados “indecisos” que definen las elecciones. A menos que la gente le mienta a los encuestadores y no sean tales (los “indecisos”). El tan temido “voto oculto”. 

Si hacemos una analogía deportiva, en las elecciones PASO del domingo venidero habrá eliminaciones y por ende clasificaciones a la final del 10 de septiembre, y muchos aspirantes quedarán “en capilla” por obra y gracia del sistema D`Hont. Las eliminaciones directas se darán en aquellas categorías uninominales: intendente, presidente comunal, senador y gobernador. En cambio, en las categorías colegiadas tales como concejales y diputados, los electores armarán con su voto –involuntariamente– la grilla definitiva (mediante sistema D`Hont) del sector al que votaron, para las generales del 10 de septiembre. 

En estas página ya describimos que, a diferencia de la última elección del 2019, donde no hubo PASO en la categoría gobernador en los dos grandes frentes, esta vez “peronistas y radicales” (estos últimos aliados al histórico PS y el PRO) van a internas con cuatro y tres precandidatos respectivamente, donde además del candidato único para competir en las generales del 10 de septiembre, en el frente Unidos para Cambiar Santa Fe el radicalismo dirimirá liderazgos internos entre las facciones Neo–Evolución y M.A.R, corporizados en las figuras de Maximiliano Pullaro y Carolina Losada.

Los socialistas harán lo propio, pero en la categoría diputados entre Antonio Bonfatti y Clara García, a pesar de que cualesquiera sea el resultado de la elección, es muy probable que ambos juren el 10 de diciembre. Después del fallecimiento de Miguel Lifschitz, el socialismo entró en una suerte de torbellino interno que terminó subdividiéndolo entre “bonfattistas” y “lifschiztas” y en la deserción de dirigentes como Eduardo Di Pollina y Claudia Balagué, quienes siguieron el camino de Rubén Giustiniani, quien ya se había emancipado tiempo atrás.

En el peronismo Omar Perotti deberá entronizar su liderazgo, no solo ganando la categoría a diputados en la cual competirá, sino recolectando mayor cantidad de votos (este domingo para el D´Hont interno, pero sobre todo el 10 de septiembre) que el precandidato a gobernador Marcelo Lewandowski, quien es el candidato del oficialismo, pero salta a la vista que no el de la Casa Gris. “Lewa” y su sector –indefinido, aunque lo ubican en la zona del massismo– tienen otros planes a futuro, sobremanera si Omar Perotti no es electo presidente de la Cámara de Diputados, y el “Polaco” se erige como gobernador.

 

En busca del “voto independiente”

Ante la paranoia alimentada por los medios de comunicación nacionales sobre la probable escasa asistencia de ciudadanos a las urnas (potenciada en Santa Fe por coincidir las elecciones con las vacaciones de invierno) los precandidatos a gobernador deberían esforzarse esta definitoria semana de campaña en procurar convencer al público, en primer lugar para que vaya a votar el domingo y luego que se inmiscuya en la interna de su sector; sobremanera quienes necesitan del “voto independiente” como la abeja del néctar de la flor, ya que los “votos militantes” se dividirán, tal el caso de radicales y peronistas. 

Preciados votos “independientes” a los cuales también se aferrarán con desesperación los precandidatos de otras fuerzas o alianzas, en este caso para superar el piso del 1.5 % del padrón electoral (unos 42 mil votos) y poder seguir rumbo al 10 de septiembre.

 

Los unos y los otros

En el peronismo, el precandidato a gobernador Marcelo Lewandowski (en el convencimiento personal de que ganará su interna) procurará además erigirse como el más votado en la categoría para llegar con un buen hándicap al 10 de septiembre, para lo cual necesitará obligatoriamente que el electorado “independiente” entre en la interna del peronismo y lo elija. 

Pero serán los mismos tildes “independientes” que se supone debería conseguir la novedosa Carolina Losada en Unidos, para poder superar la estructura territorial provincial (radical) con la que a “prima facie” contaría el experimentado Maximiliano Pullaro, pero que al dividir electorado afín con Losada y Fein, también necesita para inclinar la balanza a su favor. 

Como suele pregonar metafóricamente un dirigente radical norteño: “Los votos no tienen crías”, por lo cual si el domingo 16 asiste a las urnas el 68 % promedio de las ultimas PASO gubernamentales, tendríamos alrededor de un millón ochocientos mil electores (de los cuales, según la tendencia, 4 % al 5 % votarían en blanco, con un porcentaje parecido de anulados).

¿Cuántos electores no están identificados o sienten simpatía con alguna fuerza política? Nadie lo sabe. Ese es el cardumen de “independientes” al cual tendrán que ir a pescar, al menos ocho de los trece precandidatos a gobernador para ganar las PASO en la categoría gobernador y quedar en “zona de posibilidades” los que integran las 29 listas que compiten para diputados, una vez superado el piso del 1.5 % de votos del padrón.

Últimos cuatro días para que los candidatos convenzan a los “independientes”, que se supone son los idealizados “indecisos” que definen las elecciones.

A menos que la gente le mienta a los encuestadores y no sean tales (los “indecisos”). El tan temido “voto oculto”.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu