Por Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Curiosas elecciones PASO las de este domingo; al día siguiente muchos de los consagrados candidatos hicieron declaraciones como si fuera el próximo 11 de septiembre (el día después de las generales), avalados por la –en no pocos casos sorpresiva– diferencia que obtuvieron. Pasó de todo: hubo un ganador a poco de iniciarse el escrutinio; votos “lógicos” y sorpresivos donde no se los esperaba.

La concurrencia a las urnas fue un punto menor a las legislativas 2021.

Poco antes de las diez de la noche y con tan solo el 15 % de las urnas escrutadas, Carolina Losada advirtió que la proyección era irremontable y decidió admitir su derrota ante Maximiliano Pullaro, que al final de la noche se consolidaría con una diferencia de 17 puntos, admisible en el nivel de expectativas previas que tenían Pullaro y su gente (los mejores pronósticos propios le daban diez puntos arriba) pero fatal para todas las encuestadoras que le asignaban un triunfo, pero dentro del margen de error, que en el mejor de los casos era de cuatro puntos.

 

¿Otra vez fallaron las encuestas?

Primer -y nuevamente– gran cuestionamiento de los encuestadores (que lo tratamos en estas páginas el mismo día de la elección). ¿Cómo puede ser que yerren de semejante manera? En nuestra columna de marras nos preguntábamos: ¿Será entonces que el público encuestado decide falsear las respuestas, tomarlas en broma para burlarse al final del escrutinio?, concluyendo que no creíamos en semejante conspiración colectiva inconsciente. ¿Por qué volvió a pasar entonces? 

 

Voto “lógico” versus voto “sorpresa”

¿Cómo es posible que nadie viera venir –aparentemente Pullaro tampoco a pesar de su optimismo– semejante tsunami de votos? Trabajo para los expertos en sociología política.

En otro de nuestros escritos de la semana pasada hablábamos del voto “lógico”, que se lo atribuíamos a Maximiliano Pullaro por prepotencia de militancia (había comenzado dos años antes a recorrer la provincia para ser gobernador), trabajo territorial, dirigencial y discurso propositivo de campaña; mientras dejábamos el “voto sorpresa” para Carolina Losada, que por haber lanzado su candidatura extremadamente tarde, dependía de un certero discurso y eficaz aprovechamiento de su carismática figura, para seducir votos radicales (acaparados por su contrincante) y lograr el favor entre el público “independiente”. 

Eso no pasó; ¿por qué? Losada, ante la perfectamente diagramada estrategia de subliminal instalación por parte de su adversario de su residencia en Buenos Aires y falta de trabajo territorial –y consecuentemente de conocimiento de la provincia a la que aspiraba a gobernar- apeló a romper los moldes de la política, acusando a su rival interno –que optó por no responderle- de cosas tremendas, como vinculaciones con el narcotráfico. 

No era por ahí; en política hay patrones que no se deben alterar. Está visto que el público no lo consiente.

 

¿Qué pasó con Omar Perotti?

“No plebiscité mi gestión porque no fui candidato a gobernador”, se atajó Omar Perotti cuando la colega Ivana Fux de Canal Tres de Rosario le hizo notar que la bota provincial se pintó de amarillo después de las elecciones del domingo.

Confiado en la ponderación popular de las acciones de gobierno, el gobernador Omar Perotti prácticamente no hizo campaña proselitista como precandidato a diputado provincial cabeza de lista. Tampoco aupó a su precandidato a gobernador Marcelo Lewandowski, quizás en el convencimiento de que ganaría holgadamente  -como sucedió-  pero naturalmente sin imaginar el sorprendente resultado final de esa categoría.

La lectura del escrutinio arrojó síntomas peligrosos para Marcelo Lewandowski que con sus 270 mil votos quedó a 13 puntos de Maximiliano Pullaro que obtuvo 490 mil sufragios, que si lograse contener los votos de Carolina Losada y Mónica Fein, podría estar orillando los 900 mil votos el 10 de septiembre, solo alcanzados por Carlos Reutemann en 1999 (obtuvo 925.110).

En cambio en la categoría Diputados, el frente peronista encabezado por Omar Perotti quedó a tan solo 5.8 % de Unidos liderado por la socialista Clara García, que hoy estaría sentando los constitucionales 28 diputados. 

Ahí es donde el gobernador va a pelear con uñas y dientes para ganar el 10 de septiembre, especialmente porque su lista en el armado final del D`Hont, no habría logrado intercalar la cantidad de aspirantes a legisladores previstos. Y porque es el gobernador de la provincia.

 

Otras lógicas y ¿sorpresas?

El intendente de Rosario Pablo Javkin ganó su interna, mientras que el jefe de gobierno de la capital santafesina Emilio Jatón, perdió contra un novato de la política: el exdirector del hospital José María Cullen Juan Pablo Poletti, quien a la vista del resultado del peronismo local, se podría decir que será el nuevo intendente de Santa Fe.

Lógica y sorpresa al mismo tiempo: el resultado que obtuvo Amalia Granata, quien con sus 176 mil votos quedó segunda después de Omar Perotti (241 mil) ganándole a Clara García (150 mil) que encabezará la lista de diputados de Unidos.

Granata no pegó un solo afiche ni colgó pasacalles, tampoco columneros. ¿por qué más de 170 mil almas la señalaron? Quizá porque sigue representando el voto ProVida y “anti derechos”, a lo cual le agregó últimamente el discurso mileísta “anti casta”. El combo perfecto.

El intendente de Venado Tuerto Leonel Chiarella, se encamina a su segundo mandato con cifras inéditas: más del 80 % de los vecinos que votaron lo eligieron entre cuatro candidatos. Récord provincial para el joven venadense.

El presidente del radicalismo Felipe Michlig resumió la patriada de haber conformado el “frente de frentes”, del cual es uno de los factótum: “Si todo se da como pensamos, el 10 de diciembre vamos a tener un gobernador radical (Maximiliano Pullaro), una vicegobernadora del PRO (Gisela Scaglia) y la presidencia de la Cámara de Diputados en manos de una socialista (Clara García), mayor heterogeneidad no se puede pedir”.

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Laboratorio de Analisis Clínicos

Mario Maestu