Por Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Ante la reconfiguración del mapa político en la Argentina, sea cual fuere el resultado de la elección nacional, que muestra hoy día a Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri como los dos grandes líderes políticos de nuestro país, el gobernador electo santafesino Maximiliano Pullaro fue por segunda vez a EE. UU. (ya lo había hecho en noviembre del año pasado) para mostrarse como el futuro líder político del radicalismo nacional.
El hughense de mozos 48 años jurará el domingo 10 de diciembre con la misma mirada obsesiva con la que oteó el horizonte en el 2015, cuando aceptó -¿o pidió?- ser ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz; en ese momento el Sillón del Brigadier; en diciembre el de Rivadavia, porque en Santa Fe -y Mendoza- los gobernadores no tienen reelección.
Para aspirar a tan sublime objetivo, Pullaro deberá hacer la mejor gobernación, que de última lo sentaría en la banca de senador nacional que la gente le negara hace dos años.
Y así como a la semana siguiente de haber salido segundo en esa contienda en el 2021, en la pequeña y alejada Ambrosetti, pagos del cacique radical Felipe Michlig, Pullaro comenzó a trabajar para la gobernación, en diciembre, sin importar quien gane el balotaje, “Maxi” pondrá proa a la máxima de José de San Martín: “Solo imaginando grandes empresas, puede el hombre realizarlas”.
En noviembre del año pasado había viajado a EE. UU., a los mismos lugares de los cuales acaba de regresar: Washington y Nueva York, adonde se entrevistó con los mismos organismos internacionales de crédito, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. En ese entonces seguramente les habrá hecho notar que tenía chances de ser elegido gobernador de la provincia de Santa Fe. Ahora fue como tal y a mostrarse como quien se perfila a ser uno de los hombres más importantes de la Argentina.
Poco importa el resultado mediático de este viaje; Pullaro fue a EE. UU. dejar carpetas para conseguir financiamiento para obras de infraestructura y tecnología del futuro, como la biotecnología. Seguramente sus interlocutores se habrán mostrado muy interesados (Santa Fe es una provincia con un largo historial de honrar sus deudas con el gobierno nacional del signo político que fuere) y se habrán comprometido a seguir conversando una vez que las nuevas administraciones -provincial y nacional- se asienten en sus cargos.
Nótese que Pullaro y su comitiva (dos senadores –uno quizá ministro político de su gabinete– y un diputado, además de un hombre de su estrecha confianza) no fueron a interesar inversores, sino a “buscar plata”. Los inversores, de afuera y de adentro, aparecerán solos si el futuro gobierno nacional les muestra un país confiable en el que se puedan poner dólares y pesos sin miedos, aún en proyectos con futuro asegurado como los agroalimentos y la tecnología del conocimiento, dos puntales que puede exhibir la provincia de Santa Fe y potenciar Pullaro.
Hoy esa certeza no existe; más bien todo lo contrario. De Sergio Massa o Javier Milei dependerá.
El gabinete: respaldo de sus aspiraciones
Y aquí es donde aparece la otra pata de la mesa política y ejecutiva que cimentará su futuro: el gabinete.
Adviértase entonces que creará la Secretaría de Relaciones Internacionales (hoy existe como Secretaría de Cooperación Internacional e Integración Regional) para el excanciller de Mauricio Macri, Jorge Faurie; mientras que el futuro titular de la cartera de Economía Pablo Olivares, ubicará entre sus colaboradores a Gonzalo Saglione (exministro de Economía de Miguel Lifschitz) como encargado de la ejecución de proyectos con financiamiento externo y cooperación técnica, quien junto a Faurie lograrán un think tank de operatividades impresionante.
El designado ministro de la Producción Gustavo Puccini, a quien Pullaro acaba de enviar a Arabia Saudita y Qatar en su representación junto a Omar Perotti y Juan Schiaretti (y el sucesor Martín Llaryora) para que vaya elongando en esas lides internacionales, tendrá a su cargo una cartera clave como depositaria del financiamiento que el propio Pullaro fue a buscar a EE. UU., para las inversiones por venir en materia de infraestructura portuaria, energética (EPE y Enerfé), ciencia y tecnología, renovables y agroalimentos, área ésta que estará a cargo de un lúcido dirigente ruralista, secretario de Carsfé y titular de la Sociedad Rural de Santa Fe, que compartirá reuniones de gabinete interno con una experimentada esperancina que tendrá bajo su dominio las energías convencionales y de futuro.
No dejar de prestarle atención a Puccini; toda vez Pullaro no espera a último momento para planificar sus acciones
El espectacularmente reelecto senador por General López Lisandro Enrico aceptó de inmediato dejar su banca (con un especial pedido de licencia que deberá otorgarle el Cuerpo) para ocupar la cartera de Obras Públicas. Enrico es otro de los que tiene pretensiones para el 2027 allende los contornos departamentales, y deberá ganarse el lugar en el equipo desplegando acciones ejecutivas que lo destaquen, dependiendo de las áreas que finalmente tenga a su cargo en la nueva redistribución de roles que planea Pullaro para su gobierno.
Si de anhelos para el 2027 hablamos, Felipe Michlig, Clara García, Dionisio Scarpín, según el rol que ocupen a partir del 10 de diciembre, estarán en la grilla de largada desde ése día.
Si alguien cree que estamos fantaseando, es porque no entiende el genotipo de la política. Hubo uno en la Argentina que pensó que podía cambiar la ley de la gravedad (en política) y así le fue; la realidad le demostró cruelmente que nadie puede salirse del sistema.
Pero también existe otro que está a punto de lograrlo dentro del sistema, desafiando en este caso las leyes de la economía.
La semana próxima nos ocuparemos de la renovación en el peronismo, que de acuerdo con el resultado del balotaje, tendrá al incansable “Cachi” Martínez como uno de sus protagonistas en primera fila.