Por Darío H. Schueri – Desde Santa Fe

Como suele repetir a modo de muletilla el profesor en economía Juan Carlos de Pablo: “No tengo cómo saberlo” si al presidente Milei le irá bien o mal en la economía, que por ahora solo despega en la ilusión del gobierno. En la calle, más allá de que bajen algunos precios por la anemia de ventas, la recuperación aún no se nota. Maximiliano Pullaro, mientras no deja de protestar, aprovecha que Milei “arrastra la marca” y hace su juego político.

La reciente firma con el gobernador Gustavo Valdez -de Corrientes- de un acta acuerdo para crear la Región Litoral (la idea es sumar a Misiones y Chaco) lo puso a Maximiliano Pullaro en el centro de la escena política como armador de un nuevo bloque comercial, pero básicamente de poder, de la misma manera que puja con Martín Llaryora y Rogelio Frigerio para que lo sea la Región Centro bajo su presidencia provisional. 

Milei es el gran artífice de los posicionamientos pullaristas con su indiferencia para con todo lo que no sea su construcción de poder real basado en el despegue de la economía y el supuesto futuro bienestar general. Pullaro tiene en claro que si “Javo” consigue su objetivo (de mejorar la economía) en el 2027 será imbatible -comenzando por las intermedias legislativas del año que viene-  y por eso ya tiene pensado asegurarse la posibilidad de ser reelecto en su provincia. El destino dirá si podría hacer realidad los deseos de Martín Lousteau y Felipe Michlig de verlo llegar al Sillón de Rivadavia.

 

Ladrillo sobre ladrillo se construye una casa

El ministro de Obras Públicas Lisandro Enrico (que abandonó temporariamente su banca de senador para tener alguna perspectiva mayor a futuro) a la par de refunfuñar porque la nación abandonó, entre otras cosas, la esencial reparación de las rutas que le corresponden, con una tremenda impronta personal le pone el sello a lo que quiere Pullaro: demostrar que “Santa Fe puede”, aún con la mezquindad dineraria de nación. Además de reparar las calzadas propias, Enrico firma acuerdos para colaborar con las nacionales y encara un sinfín de obras provinciales. 

Pullaro acaba de lucirse con el inédito programa de créditos hipotecarios NIDO ofrecido por la provincia y el Banco Municipal de Rosario (ahora viene el puente Santa Fe – Santo Tomé); ahí está Lisandro Enrico disputando palmo a palmo con su par y coterráneo Gustavo Puccini (ambos son del departamento General López) para hacer brillar la gestión de Pullaro, y de paso estar en el bolillero de las preferencias políticas del jefe en el 2027.

Puccini acaba de anunciar créditos a tasa cero a devolver en litros de leche para los tamberos, iniciativa que imitará nación con créditos pagaderos en toneladas de soja y litros de leche; mientras convocó junto al gobernador a 250 empresarios en Rosario para entusiasmarlos con otra posibilidad que le estaría dejando Milei: las inversiones en gas, petróleo y minería merced a la Ley Bases y el RIGI. "No tenemos minerales, cobre, litio o petróleo, pero sí tenemos la inmensa capacidad de abastecer grandes emprendimientos que van a venir al país; y para eso tenemos que estar preparados y en la primera línea de largada para cubrir esa inmensa demanda", arengó el gobernador, emulando a los vendedores de picos y palas en la fiebre del oro norteamericano del siglo XIX.

Difícilmente el RIGI impacte de lleno en inversiones internacionales a gran escala en la provincia, pero al decir del secretario de Industria Guillermo Beccani podrían llegar a venir por el lado de tecnología, infraestructura y foresto industria; puertos (infraestructura) o en el norte alguna inversión forestal. En esta cuestión (la portuaria) hasta el propio diputado provincial Omar Perotti acompañó parlamentariamente el alzamiento de la voz que está haciendo Santa Fe, para que nación incluya a las provincias ribereñas en la gestión y control de la Hidrovía Paraná – Paraguay, garantizando su participación en las decisiones futuras. 

 

Si no hay plata del Estado, bienvenidos los capitales privados

Maximiliano Pullaro construye política sobre la base de la gestión porque, como dijimos, Milei tiene su propia carta de navegación con un rumbo que daría la impresión solo él conoce, dejando oportunidades para el lucimiento de quienes quieran “verla”. 

Por ejemplo, a Mauricio Macri no le fue bien con las “PPP” (participación pública privada), pero en Santa Fe la semana pasada se licitó el tercer carril de la autopista tramo Rosario - San Lorenzo (con un presupuesto de 55 mil millones de pesos) que, si bien se llevará a cabo en parte con fondos provinciales ordinarios, también lo será con endeudamiento provincial, mediante la emisión de bonos a largo plazos en pesos a través de una licitación de la cual participará la Bolsa de Comercio de Rosario, ayudando a promover la colocación en el mercado de ese bono que, cuánto mayor oferta de compra, más baja será la tasa de interés.

 

Un aceitado engranaje político

Para llegar a todo eso, en la sala de máquinas está Pablo Olivares, el ministro de Economía que acaba de anunciar un ahorro en las cuentas públicas de 160 mil millones de pesos con pases de factura incluidos: “También se registró un impacto de $ 4100 millones en el primer semestre en la reducción de reemplazos docentes, estimado en $ 9000 millones para la segunda mitad del año; en tanto que en los primeros seis meses la reducción de 850 cargos reflejó un ahorro de $ 2700 millones, y $ 5500 millones para la segunda parte del año”, identificó.

Para que la máquina funcione, todas sus partes deben correlacionarse armónicamente. El eslabón político de Pullaro es el ministro del área Fabián Bastía, que tiene la función, entre otras cuestiones, de ser el eje cardánico entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento para sacar las leyes esenciales. En la Legislatura está el diferencial articulador Felipe Michlig, que además de líder político radical es la máxima referencia de Pullaro en la casa de las leyes y será quien tendrá la fatigosa tarea -en lo inmediato- de congeniar básicamente con Diputados la ley previsional que esta semana ingresará el Poder Ejecutivo.

En este sentido, en el bloque de diputados socialista son conscientes de que la ley previsional es muy compleja, pero dejan en claro que “sí o sí vamos a hacer modificaciones importantes que ayudarán mucho al sostenimiento de la Caja”, mediante “mucho estudio, análisis y trabajo”.

Sucede que la ley tiene complejidades hacia dentro del sistema y no es algo lineal, ya que comprende un régimen general y más de 14 subsistemas o regímenes especiales, como docentes y policías; pero también hay sectores alcanzados por lo que se define como cómputos diferenciados, como el trabajo riesgoso, los médicos con pacientes psiquiátricos, los que tratan enfermedades infectocontagiosas, anestesistas, docentes de escuelas especiales, zonas inhóspitas y hasta pilotos de helicópteros.

 

En el peronismo “la ven venir”

Primero fue el “checato” Eduardo Rosconi (senador por Caseros), quien el año pasado para obtener una vez más la reelección a la banca armó un Partido Vecinal, para después desafiliarse del Partido Justicialista porque según él “se kirchnerizó y ya no representa lo que pienso”, siguiendo los pasos de otro “compañero”: Raúl Gramajo, de Tostado quien, si bien no se desafilió del PJ, hace dos elecciones que renueva su banca por afuera del peronismo.

Rosconi está enojado con el peso de corrientes como la de Agustín Rossi (que este sábado relanzó su espacio), el Movimiento Evita y La Cámpora, que a su entender movieron el eje del peronismo demasiado hacia la izquierda.

Precisamente Agustín Rossi acaba de reconfigurar su sector rebautizándolo La Corriente + con el regreso de fieles amigos como Luis Rubeo y Federico Reutemann, y la novedosa incorporación del otrora jefe de la Federación Agraria Argentina Eduardo Buzzi, uno de los protagonistas de la rebelión contra la 125 en el 2008

El “Chivo” la ve venir: en el peronismo solo habrá espacio para el voto talibán. La diáspora acrecentada por el escándalo que envuelve al expresidente Alberto Fernández, que llegó al poder con la mixtura pergeñada por Cristina Fernández de Kirchner entre su propio electorado “duro” y el voto “peronista moderado”, que terminó de partir en mil pedazos el propio Fernández, lo pone a Rossi en la búsqueda del “voto duro K” para volver al Congreso el año que viene.

“Cosas veredes, amigo Sancho”

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Mario Maestu